Jared y su hermana Maria Isabel corrían desesperados por los senderos de la montaña, detrás de ellos venían un grupo de jóvenes fanáticos que deseaban alcanzarlos para destruir sus libros y Biblias, que llevaban cargados en mochilas sobre sus espaldas.
Tanto Maria como Jared eran unos de los últimos Cristianos de aquella isla que luchaban por llevar el mensaje de Dios aquel lugar; pero la imposición de un único Gobierno internacional que supuestamente favorecía la paz entre los pueblos, había modificado las leyes de tal manera que las creencias religiosas habian pasado a ser individuales y nadie tenia la autorización para adoctrinar a otros, para difundir públicamente su propia religión a los demás; se vivia en una supuesta espiritualidad abarcativa donde cada uno era libre de mandatos ancestrales y sin dioses: Algunos se manifestaban como Dioses individuales en sincronía con una supuesta energía Universal que decían canalizaban para mantener sus centros de energía equilibrados, las normas morales se habian modificado de tal forma que las parejas podían ser integradas por más de dos personas; hombres y mujeres gozaban de una amplia libertad sexual y el matrimonio tal como lo conocemos prácticamente dejó de existir, salvo en las pocas familias Cristianas que aún conservaban el respecto por los mandamientos bíblicos y creían que la familia es fuerte y saludable si la pareja conserva conciencia de su responsabilidad ante Dios y su propia descendencia.
Jared que marchaba adelante, cuidando que el sendero estuviera libre de peligros y piedras sueltas, miro el horizonte, se acercaba una tormenta, tendrían que buscar un refugio, lo más oculto posible para que no los encontraran y de paso protegerse de la lluvia y el viento; espero la llegada de Maria y juntos buscaron un lugar para refugiarse; no muy lejos de allí avanzaban en su búsqueda unos cinco hombres y tres mujeres ávidos por hacer una buena fogata con aquellos libros y humillar a los predicadores.
(Continuara en próximos capítulos en este mismo blog
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